lunes, 8 de diciembre de 2008

El último truco


[...] Entonces entendió que estaba perdido, supo en aquel preciso instante que no saldría vivo de la estáncia.

Lo primero que vino a su mente fué una playa fria en una mañana de diciembre, catorce rosas blancas cabeza abajo en su diestra, el brazo a lo largo del cuerpo cruzado al frente, mentón alzado al viento, pie delante, pecho henchido y temblor de rodillas, puño cerrado tras la cadera, voz firme, mirada resuelta y un "...os amo".

Luego sintió miedo a morir.

Y pasado ese momento, apareció claro en su mente... como una idea límpida. Como si toda su destreza hubiera decidido despedirse con una obra maestra. El mas grande de todos los engaños, la mas fantasbulosa treta. La ecuación resuelta ante sus ojos conjurada gracias al hecho aceptado de su muerte.

Repasó mentalemente cada paso, cada movimiento, cada detalle, buscando deseperado un error, una imprecisión, algo que le permitiera comenzar a pensar en salvarse... sin éxito. La visión clara de la perfección le ayudó a olvidarse de sí mismo, a restar importancia a su existencia en pos de la hipnótica clarividencia de la verdad.

Se dió dos segundos para dudar, en honor a la parte humana de su conciencia. Luego tomó la decisión y su mirada cambió. Esbozó media sonrisa, alzó la frente despacio y miró un instante directamente a los ojos de su enemigo con la lunática certeza del triunfo.

Entonces cerró los ojos y lo ejecutó, limpio, perfecto, inmaculado, armónico, simplemente cierto. Iluminó el universo con un flujo colosal de endiablada habilidad concentrada en siete segundos de perfección.

Cuando terminó, la realidad misma se detuvo un instante para contemplar.

Luego se sintió caer, y su conciencia se despidió del mundo, entre los aplausos, tras el gran acto final, tras la última página de su novela... rubricada por su último truco.

... cuando le encontraron, yacía junto a catorce rosas blancas...

2 comentarios:

Paco Guerrero dijo...

y el secreto de su actuacion se fue con el.

gracias por tu visita y tus palabras.
un abrazo.

Esteban dijo...

Esribes muy bien, te seguire leyendo si me lo permites.